POR Baltazar SÁNCHEZ HUERTA
LÁZARO CÁRDENAS, MICH.-Al igual que Sergio Salinas López (Checolin Chapoy), presidente de la Organización de Payasos del Estado de Michoacán, dijo que se dedica a este oficio desde hace más de diez años, mediante la tenacidad he logrado la aceptación en la sociedad, en los aplauso y la risa de la gente encontré mi pasión de vida el actuar y convocar a un gran número de gente, siento que estoy aportando algo benéfico para todos, es por eso que lo sigue haciendo.
Aprendí las habilidades de esta labor gracias a varios compañeros, pues siempre le llamaron la atención los payasos, hasta que alguien le dio la oportunidad, fue así que se formó y ahora está seguro que fue la mejor decisión que tomó, lo primero que le enseñaron fue el maquillaje del rostro y pararse frente a la gente, lo cual al principio me daba mucho miedo escénico, pero cuando empecé a dominar todo fluyó.
En entrevista con este medio explicó que además aprendió acerca de la expresión corporal, tipos de escenarios, rutina clásica, de circo, picardía mexicana, malabares, acrobacia y magia. “El payaso es multifacético, lo que trabajamos en la comedia, el doble sentido, cuando vamos a un evento, ya trabajamos otras cosas, si es para niños trabajo rutina de circo, en donde entra el clásico pastelazo, echar agua y demás”, dijo, Checolín Chapoy, quien radica en Morelia la capital del estado de Michoacán, y estuvo presente en el evento del día del payaso en ciudad y puerto de Lázaro Cárdenas, acompañado de Tomy, Bambam, Charly, Tilin y Huyu yuy de Uruapan.
Comentó que lamentablemente la risa de la sociedad ha cambiado, pues detalló que cuando empezaba lanzaba chistes más ligeros y la gente se reía, pero ahora considera que el humor debe de ser más ácido, para que el público no se aburra. “Usamos albures, doble sentido, que es parte del mexicano, de la vida cotidiana”, expresó Sergio Salinas López, su nombre real, quien piensa que lo más difícil de hacer reír a alguien con rutinas mudas, pues piensa que hay quienes no tienen desarrollados esa creatividad para imaginar otros mundos.
Por eso cree que los mimos han ido desapareciendo “si te das cuenta, ya no hay mimos ni en la calle, porque la sociedad mexicana ya no está preparada para ese tipo de arte, lo ves y te aburre, porque es un creador de espacio, tiempo, puede ser el mejor, pero si no tienes esa sensación de sentir las cosas no lo vas a ver”, comentó. Salinas López también tiene rutinas de «clown» y reitera que hay personas que piensan que el mundo del payaso es muy superfluo “dicen: ¡ay! sólo se pintan la carita, cuentan un chiste y ya”.
Sin embargo, él se defiende y explica que se ha preparado con talleres de expresión corporal, rutina clásica, ha acudido a participar en concursos con otros payasos, en donde ha demostrado su trabajo asimismo, ha tomado cursos para saber cómo hacer las expresiones del rostro, lo cual ayuda bastante en su rutina, cuyos primeros 10 segundos son fundamentales para poder conectar con los espectadores, a quienes les debe de hacer sentir algo de un inicio, si no es así, la atención cae. “Vale la pena cuando te presentas aquí y ves lo que has logrado, gracias a Dios he aprendido mucho, hay compañeros que te enseñan”, mencionó.
Un gran reto ha sido cuando trabaja con niños de kinder, pues los pequeños no entienden, a veces, los chistes a la brevedad, entonces tiene que hacer rutinas diferentes. De igual manera ha hecho mancuerna con algunas asociaciones que ayudan a niños con cáncer o síndrome de down, con quienes piensan que es difícil laborar, por el estado emocional en el que están. “Vamos cada vez que nos llaman, al año hacemos alrededor de 30 presentaciones con instituciones altruistas, también en Centros de Readaptación para jóvenes, el 30 de abril nos dividimos para ir a orfanatos, con niños de escasos recursos”, dijo, que aunque no la mayoría no les pagan, es un gusto hacerlo para llevarles felicidad.
